Tras un inexcusablemente largo periodo de ausencia, y en un intento de no dejar que mi pobre blog se muera y acabe difuminándose entre los infinitos confines del ciberespacio, a continuación publico un nuevo microrrelato de mi cosecha. Esperemos que este pequeño texto resulte ser la chispa que infunda nueva vida a este espacio.
LA LUZ DE LA LLAMA
Solo la luz de la llama revelaba la verdadera
naturaleza del espectro.
Todavía había leyendas vivas en los agrestes
rincones del mundo, allá donde la razón y el
pensamiento crítico todavía no habían
llegado.
Le habían advertido de pesadillas que podían
ser su perdición. Le dijeron que su mente moderna no le salvaría. Pero él había
decidido desafiar aquellas creencias milenarias y adentrarse en las
profundidades de la última casa de la aldea.
"Image courtesy of phanlop88/ FreeDigitalPhotos.net" |
La ruinosa estructura no tardaría en
desplomarse. Era el único peligro que había podido observar. Así había sido hasta
que cayó la noche y comenzaron los susurros.
Voces infantiles, apenas audibles, que
parecían surgir de las paredes. Suplicaban auxilio para encontrar su camino y
pasar al otro lado. Y él, una vez superado el escepticismo inicial, quiso
ayudar. Su compás moral le indicaba que era lo correcto.
Guiado por un conocimiento que no poseía,
prendió la vela del candelabro cercano y, al hacerlo, su llama danzó con el
demonio que solo bajo aquella sombra adquiría poder.
Sus gritos no los escuchó nadie. La gente de
aquellas tierras era sabia. Nadie se acercaba a la casa. Respetaban aquellos
poderes que no entendían.